La artrosis de rodilla es un proceso degenerativo que se da como resultado de cambios en el cartílago articular, que sufre un proceso de reblandecimiento y deterioro, llegando incluso a desaparecer en la etapa avanzada de la enfermedad.
Durante su desarrollo, el hueso subcondral (la capa del hueso debajo del cartílago) presenta un incremento en su densidad ósea (esclerosis) que genera la aparición de excrecencias óseas de formas irregulares y tamaño variable.
La artrosis de rodilla es el tipo más común de artritis. También es la causa más frecuente de discapacidad. El diagnóstico y tratamiento temprano no curan la enfermedad pero ayudan a manejar sus síntomas.
En este articuilo presentamos una visión general que le ayudará a entender su causas, identificar sus síntomas, y conocer las diferentes opciones de tratamiento disponibles hasta el momento.
Contenido del articulo
Causas
El deterioro del cartílago articular es el principal problema asociado con este tipo de artritis.
La condición puede ser causada por:
- Lesión en la articulación de la rodilla
- Esfuerzos repetitivos en la articulación de la rodilla
- Fracturas, ruptura de ligamentos y lesiones de menisco que pueden afectar la alineación de la articulación y promover el desgaste
- Genética, que incrementa el riesgo en personas con familiares que sufran de artrosis
- Obesidad, el sobrepeso afecta y promueve el desgaste de la articulación de la rodilla
- Problemas con el hueso subcondral (la capa del hueso debajo del cartílago)
Diagnóstico
La historia clínica, el examen físico y los rayos X son los recursos más usados para diagnosticar la artrosis de rodilla. En especial los rayos X son muy útiles porque permiten al médico observar y evaluar el estrechamiento del espacio articular para descartar otras causas de dolor en la rodilla.
Cuando el médico necesita una imagen más detallada, generalmente recurre a la resonancia magnética.
La artroscopia de rodilla es otra manera de ver la condición de la rodilla. Es un procedimiento mínimamente invasivo, que le permite al médico observar el deterioro de la rodilla desde adentro, a través de una microcámara que se inserta en la articulación.
En el examen físico se tienen en cuenta los siguientes parámetros:
- Dolor mecánico relacionado con la actividad articular.
- Inflamación de la rodilla acompañada de calor y tumefacción.
- Roce o crepitación al movilizar la rótula.
- Limitación Funcional.
- Atrofia cuádriceps (músculo grande ubicado en la parte anterior del muslo).
- Test articular.
- Examen muscular.
- Marcha.
- Postura.
Síntomas
En casi todos los casos, la artrosis de rodilla se desarrolla gradualmente, y pueden transcurrir varios años antes de presentar síntomas evidentes y los síntomas se agravan a medida que avanza el desgaste del cartílago en la articulación.
Los principales síntomas asociados con la enfermedad incluyen:
- Dolor (leve, moderado o grave)
- Rigidez
- Rango limitado de movimiento en la rodilla
- Hinchazón localizada
Por lo general, el dolor empeora después de alguna actividad que involucre especialmente el uso excesivo de la rodilla afectada y en la medida que progresa la enfermedad, tiende a volverse crónico.
La rigidez empeora después de estar sentado por períodos prolongados de tiempo.
Fisiopatología
Específicamente la articulación patelofemoral responde característicamente con exacerbación a la sintomatología dolorosa, al ascender escaleras más que al caminar en terreno plano.
También existe la mencionada mala alineación en varo/valgo. Los quistes de Baker son comunes, y la inflamación de la bolsa de la pata de ganso (lado interno de la rodilla).
Tratamiento de la artrosis de rodilla
Esta enfermedad no se puede curar pero hay tratamientos disponibles para ayudar a controlar los síntomas.
Medicamentos, como el paracetamol, ayudan a controlar y aliviar el dolor. Algunos pacientes obtienen una disminución del dolor con el uso de AINEs (fármacos anti-inflamatorios no esteroideos) o Celebrex.
También están disponibles los analgésicos opioides, para pacientes que necesitan alivio del dolor crónico.
Además de los medicamentos, otros tratamientos incluyen:
- Inyecciones intra articulares locales de esteroides o viscosuplementadores
- Ejercicio/terapia física
- Pérdida de peso en caso de sobrepeso
- Cremas de uso tópico
- Rodillera o férula de apoyo
- Técnicas de protección de las articulaciones
- Calor y frío
- Glucosamina y sulfato de condroitina
- Cirugía, como último recurso
Guía de manejo físico terapéutico
Aquí les sugiero algunas pautas en el tratamiento con terapia física que incluye:
Manejo con termoterapia
Electroterapia durante 10 minutos, para manejo de dolor
Movilizaciones activo asistidas y pasivas suaves de rodilla
Mejorar la fuerza muscular, en general, del miembro inferior bilateral
Realizar ejercicios isométricos e isotónicos resistidos
Realizar estiramiento en general de miembro inferior
Conseguir mayor funcionalidad, si persiste el dolor intenso, utilizando bastón contralateral.
Corregir o prevenir la deformidad con el objetivo de retrasar la evolución de la enfermedad.
Noticias y Actualizaciones
La fuerza y la velocidad de producción de fuerza del cuádriceps ligada a la función física en pacientes con Artrosis de rodilla
En un estudio presentado a comienzos del mes por la Association of Academic Physiatrists en las vegas, se determinó que la fuerza del cuádriceps y su velocidad en la producción de fuerza, afectan el desempeño físico en personas con o en riesgo de artrosis de rodilla.
Los músculos de las extremidades inferiores, especialmente los cuádriceps, juegan un papel importante en el desarrollo de la artrosis de rodilla.
La debilidad muscular ya ha sido identificada como un factor de riesgo potencial para el desarrollo de la artrosis de rodilla, debido a una mayor carga generada en dicha articulación.
Los investigadores, recientemente han establecido que la rapidez con que el cuádriceps genera fuerza, al empujar la pierna hacia afuera, tiene un efecto directo sobre el desempeño físico en personas con o en riesgo de artrosis de rodilla.
«Por lo que sabemos, hasta ahora no han habido estudios en personas con o en riesgo de artrosis de rodilla que hayan relacionado a la velocidad de la producción de fuerza muscular, como un factor de riesgo en el empeoramiento de funciones físicas como caminar, levantarse de una silla o subir escaleras,»
Explica Neil Segal, MD, MS; director de investigación clínica y director médico de rehabilitación musculoesquelética en el Departamento de medicina de la Universidad de Kansas Medical Center.me
«La mejor comprensión de la relación de la velocidad de la producción de fuerza muscular y el empeoramiento de la función física, podría generar nuevos diseños de rehabilitación para ayudar a las personas que sufren pérdidas, o disminución en las funciones físicas relacionadas con la artrosis de rodilla.»
El estudio se realizó en casi 5.000 adultos con o en riesgo de artrosis de rodilla. El equipo del Dr. Segal siguió 3.996 participantes durante 12 meses, 3.820 durante 24 meses y 3.623 durante 36 meses.
Aquellos con lesiones de rodilla o que desarrollaron artritis reumatoide, no continuaron durante los 36 meses del estudio.
Para determinar la velocidad de desarrollo muscular, esta se midió usando una silla especial con un sensor para medir la fuerza muscular cuando la pierna es empujada hacia fuera y adelante.
El funcionamiento físico se midió a través de marcha cronometrada de 20 a 400 m.
De la misma forma, se midió la velocidad con la que los participantes cambiaban desde la posición de sentado a estar de pie.
Por último, los investigadores registraron la autoevaluación del desempeño físico de los participantes (por ejemplo, caminar, vestirse, bañarse, etc.) utilizando la escala WOMAC, que es la encuesta más común para la autovaloración de la función física en personas con artrosis de rodilla.