La artrosis de cadera o coxartrosis (CA) es un deterioro de la articulación caracterizado por la destrucción del cartílago articular, cambios en el hueso subcondral, y reacciones sinoviales variables.
La coxartrosis es una de las localizaciones artrósicas que más discapacidad origina en edades media y avanzada. Dicha discapacidad se produce principalmente por el dolor y la pérdida de función que reduce considerablemente la calidad de vida.
La CA también se asocia a inestabilidad, reducción del recorrido articular y atrofia de músculos iliopsoas, glúteos y periarticulares de la cadera.
La intervención inicial generalmente abarca tratamientos conservadores y es de carácter multidisciplinario. Dichos tratamientos incluyen:
- Medicación
- Medidas ortopédicas
- Terapia física
- Termoterapia
- Electroterapia y
- Ejercicio terapéutico en diversas modalidades.
Los anteriores tratamientos tienen como objetivo principal el alivio de síntomas como dolor y mejoramiento de la función articular.
Si el tratamiento conservador fracasa, se optara por el tratamiento quirúrgico.
Causas
Hasta el momento no se conoce con exactitud la causa de la artrosis de cadera. Sin embargo se sabe que existen varios factores desencadenantes importantes entre los que se incluyen:
- Lesión en la cadera anterior
- Fractura previa, que cambia la alineación de cadera
- Genética
- Displasia congénita de cadera
- Hueso subcondral que es demasiado suave o demasiado duro
- Necrosis avascular
Factores de Riesgo
Los Factores de Riesgo que influyen en la artrosis de cadera, son de carácter tanto local (traumatismos, sobrecarga articular, obesidad, debilidad muscular, deformidad epifisiaria), como sistémico (edad, sexo, factores genéticos, factores nutricionales, densidad mineral ósea), y serán los que condicionen la localización y gravedad de le enfermedad.
Factores sistémicos: La relación entre la edad y la artrosis de cadera, es debida al aumento de la laxitud ligamentosa con la consiguiente inestabilidad articular, disminución de fuerza muscular, adelgazamiento del cartílago, que se van presentando con el envejecimiento.
En cuanto al factor género, se ha evidenciado que las mujeres tratadas con hormonas tras la menopausia tienen menor riego de padecer artrosis de cadera, lo que orienta hacia la idea de una influencia hormonal en el desarrollo de la enfermedad.
En el factor nutricional el déficit de vitamina C se presume genera mayor riesgo y progresión de coxartrosis, aunque no ha habido estudios reales que avalen esta hipótesis.
En cuanto a la influencia de la densidad ósea parece ser que hay una relación inversamente proporcional entre la coxartrosis y la osteoporosis, debida a la mayor capacidad de absorción al impacto y deformidad del hueso osteopórotico.
Lo anterior puede decirse de la osteopetrosis, donde la artrosis se manifiesta precozmente debido a que las cargas se trasmiten mejor hacia el cartílago por su densidad ósea.
Factores locales: Un traumatismo mayor, una lesión ligamentosa, la osteonecrosis o bien ser atleta o corredor de elite, aumenta la probabilidad de padecer coxartrosis.
La obesidad está relacionada con un mayor riesgo de padecer coxartrosis, para lo cual se recomienda la pérdida de peso a todos los pacientes que sufran artrosis, tanto de cadera como de rodilla.
En pacientes obesos con artrosis de cadera, la pérdida de peso (hasta 6,8 Kg en 6 meses) puede ayudarles a realizar mejor las transferencias y desenvolverse mejor en las actividades cotidianas, esto puede deberse al descenso en la degradación del cartílago articular en estos 6 meses.
Si a esta dieta se suma un programa de ejercicios, se conseguirá mejorar la deambulación y la función física al mismo tiempo que se consigue aliviar el dolor.
Epidemiología
La coxartrosis está estrechamente relacionada con la edad, siendo más frecuente en mujeres a partir de los 50 años.
Tomando cifras obtenidas en una estadística realizada en EEUU, que considera tanto los hallazgos clínicos como los radiológicos, un 6% de la población mayor de 30 años presentaba sintomatología de coxartrosis, asi como un 10% de la población mayor de 65 años.
Otros estudios cifran la prevalencia de artrosis de cadera en un tercio de la población de entre 63 y 94 años.
Manifestaciones clinicas de la artrosis de cadera
La expresión clínica varía según la zona afectada, el estadio y la causa; los pacientes con artrosis de cadera presentan dolor localizado en el área de la ingle y la parte frontal o lateral del muslo.
De forma primaria se presenta un dolor mecánico, que empeora con el ejercicio y mejora con el reposo, es característico el dolor al subir y, sobre todo, bajar escaleras o al incorporarse desde estar acuclillados o sentados.
La Rigidez matutina, aunque con menos duración que ocurre con la artritis reumatoide, también es característica de la artrosis de cadera, que también se puede presentar después de un periodo más o menos prolongado de reposo y se le llama rigidez articular, normalmente es de pocos minutos de duración.
Más significativamente, existe rango limitado de movimiento, para la flexoextension, la abducción, la aducción y las rotaciones, de la articulación de la cadera, puede existir la crepitación (sonido o crujido), durante el movimiento, los síntomas pueden empeorar hasta el punto que el dolor es una presencia constante, es muy característico que el paciente refiera más dolor en la marcha y la bipedestación estática.
En una fase evolutiva posterior, aumentan los síntomas dolorosos y aparecen deformidades progresivamente en varo o valgo, refiriendo mayor incapacidad, para la marcha y la bipedestación, puede incluso aparecer inflamación en la articulación posiblemente debido a restos de cartílago u osteofitos, así como exacerbación del dolor que ya no cede con el reposo.
Diagnóstico
Su médico tendrá en cuenta su historia médica completa, los resultados de su examen físico, en el cual se detectara existencia de deformidades en bipedestación, dolor y crepitación, y se comprobara mediante la exploración el estado de las estructuras capsuloligamentosas y radiografías.
En estas se determina si hay pinzamiento de la interlinea articular, la cual puede ser muy irregular, y en estadios posteriores osteofitos en los márgenes articulares, esclerosis subcondral, y deformidades óseas.
Sin embargo, los criterios radiológicos determinantes en el alcance del daño articular son los osteofitos y son los que mejor se relacionan con la presencia de síntomas, para formular un diagnóstico de la artrosis de cadera.
Si se necesita más información, una IRM (imágenes por resonancia magnética) pueden ser ordenados por su médico, y es considerado el método mas sensible en la identificación de los cambios iníciales y en la evaluación del control de la progresión.
También se puede valorar la progresión de la coxartrosis mediante la ecografía, pues permite medir con gran precisión el grosor del cartílago, los análisis de sangre pueden ser utilizados si es necesario descartar otros tipos de artritis.
De acuerdo con entidades investigadoras, criterios de clasificación para la artrosis de la cadera, tiene que haber dolor en la cadera y al menos 2 de los siguientes 3 criterios:
- Tasa sedimentacion de eritrocitos <20 mm / h
- Osteofitos femorales o acetabulares vistos en una radiografía
- Estrechamiento del espacio articular visto en una radiografía
Criterios radiológicos comúnmente utilizados en la evaluación de los grados de afectación de la articulación son los descritos por Kellgren y Lawrence:
GRADO O: Normal
GRADO 1: Dudoso estrechamiento del espacio articular, posibles osteofitos
GRADO 2: Leve. Posible estrechamiento del espacio articular
GRADO 3: Moderado. Estrechamiento del espacio articular, osteofitos moderada múltiple, leve deformidad, posible deformidad de extremos óseos.
GRADO 4: Grave. Marcado estrechamiento del espacio articular, abundante osteofitos, deformidad grave, deformidad de los extremos ósea.
Tratamiento de la artrosis de cadera
La artrosis de cadera no se puede curar, pero hay tratamientos disponibles para ayudar a controlar los síntomas, los planes de tratamiento deben ser personalizados, para cada paciente, según el Colegio Americano de Reumatología.
Tratamiento farmacológico
Los medicamentos son una forma de tratar la osteoartritis de cadera. El uso de fármacos en la artrosis de cadera ha adoptado la siguiente clasificación y nomenclatura en razón de sus mecanismos de acción y efectos:
Para los casos leves, fármacos modificadores de los síntomas, que actúan de forma paliativa, el paracetamol y los AINE (antiinflamatorios no esteroideos) y los analgésicos opiáceos que se utilizan para la artrosis de cadera moderada a severa.
Fármacos modificadores de la estructura, que actúan interfiriendo en los procesos patológicos degradativos, o bien favoreciendo los procesos anabólicos que acontecen dentro del cartílago articular, retrasando o enlenteciendo los procesos patológicos que ocasionan la enfermedad.
Son útiles en los estadios iníciales de la artrosis, cuando todavía existen alteraciones potencialmente reversibles como la depleción de proteoglicanos, la rotura de las fibras de colágeno se considera una alteración irreversible.
Intervenciones locales
Infiltración con esteroides: Es eficaz en los episodios de actividad inflamatoria, sobre todo cuando no se consigue una buena respuesta con los AINE o estos están contraindicados.
Viscocomplementación con ácido hialurónico
Se emplea cuando ha fracasado el tratamiento farmacológico. No se conoce su efecto a largo plazo.
Lavado articular: Mejora el dolor durante un periodo de tiempo más prolongado que la infiltración con corticoides.
También existen tratamientos no farmacológicos que pueden ayudar:
- La pérdida de peso (la gente de peso normal tiene un riesgo del 20% de la CA de cadera, con sobrepeso tienen riesgo de 25%, y obesidad tienen riesgo de 39%)
- Programas de ejercicios acuáticos
- Terapia física (rango de movimiento y ejercicios de fortalecimiento)
- Terapia ocupacional ( dispositivos de asistencia , protección de las articulaciones )
- Educación del paciente
La cirugía se considera una última opción de tratamiento complejo. La cirugía es apropiada para pacientes con artrosis de cadera que han fracasado otros tratamientos más conservadores. Los procedimientos quirúrgicos incluyen:
- Artroscopia: Comprueba la condición de daño del cartílago articular
- Osteotomía: Realinea ángulos de la articulación de la cadera
- Reemplazo total de cadera: Nuevos componentes acetabular y femoral se implantan
Un diagnóstico preciso y el tratamiento precoz ayuda a disminuir el dolor y mejorar la función del paciente con artrosis de cadera.
Parte del tratamiento del paciente afectado de CA no corresponde al campo de la farmacología, sino al de la intervención mediante agentes físicos, que incluyen termoterapia, cinesiterapia y práctica de deporte dirigido, complementados con educación e información al paciente sobre protección articular.
La terapia física reduce el dolor, actúa sobre la inflamación y mejora el estado del sistema muscular que rodea la articulación.
La terapia física en la artrosis de cadera
En la actuación fisioterapéutica se da el empleo sistemático de todas las medidas antiálgicas conocidas, dirigidas a la movilidad, dolor, fuerza y función en actividades cotidianas. Las medidas terapéuticas serán las siguientes:
Tratamiento en onda corta y ultrasonidos
Es un método tradicionalmente utilizado en la CA, produce un incremento en la elasticidad del colágeno, actúa a nivel circulatorio local favoreciendo la eliminación de metabolitos y aliviando el espasmo muscular y a su vez hace el trabajo muscular más efectivo.
Puede promover la producción de glucosaminas del cartílago acetabular, demostrando que es capaz de recuperar directamente el cartílago articular en tratamientos de 20 minutos, genera un beneficio mayor si se utiliza en terapias combinadas con ejercicios.
Programas de ejercicio terapéutico
Programas de tonificación, ejercicio isocinético y ejercicio aeróbico.
El ejercicio mejora la fuerza isométrica muscular, mantiene una correcta alineación articular y una buena estabilidad, al mismo tiempo que reduce la necesidad de medicación puesto que influye directamente en la disminución del dolor, mejora la salud mental, la ansiedad y la depresión y una disminución del peso.
Se desconoce si la mejora de la ansiedad y la depresión es un efecto primario o secundario, pues se piensa que podría incluso deberse al contacto con el ft.
La dosis del tratamiento e intensidad debe adaptarse a la edad del paciente y estadio de la patología, dado que el ejercicio no tiene los mismos efectos en todas las edades.
Un paciente joven tiene mayor capacidad receptora y genera un aumento del punto del máximo esfuerzo posible e hipertrofia; en cambio, en pacientes mayores, el ejercicio sirve, para mantener el nivel de función y una mayor actividad neural, retrasando el deterioro de la musculatura.
Estos efectos del ejercicio lo hacen eficaz, para prevenir o ayudar a enlentecer el desarrollo de la enfermedad y sus síntomas.
Protocolo fisioterapéutico
El protocolo fisioterapéutico incluye:
Estiramiento de músculos flexoextensores, aductores, abductores de cadera
Fortalecimiento y potenciación de musculatura implicada.
Trabajo de musculatura pélvica, abdominal y paravertebral.
Entrenamiento en la corrección postural de todo el cuerpo.
Actividad dinámica aeróbica
Educación e información al paciente
Se propone cumplir el programa durante 8 semanas con un aprendizaje de los ejercicios, que se realizan en la sala de tratamiento bajo la supervisión y adaptación de un fisioterapeuta y un asesoramiento en medidas de higiene articular.
En los casos de adhesión y aprendizaje positivos, se continua de forma regular como ejercicio de mantenimiento acompañado por una actividad física complementaria suave, tres veces a la semana durante mínimo 30 minutos.